Carlos Cruz-Diez le ha dedicado más de 60 años al estudio del color. Cada obra suya es por eso mismo un pequeño enigma ontológico: ¿Son reales esos tonos que aparecen a la distancia y se desvanecen tan pronto como nos acercamos? ¿Podríamos afirmar que existen al mismo nivel que los pigmentos aplicados sobre la tela o el papel? Toda persona que piense lo real en términos de substancia, concluirá que no, o que, en todo caso, pertenecen a realidades ontológica y jerárquicamente distintas. No así un individuo que ha aprendido a convivir con los fenómenos derivados del electromagnetismo, porque para él lo real está habitado por fuerzas inmateriales y sin embargo tan reales como la piedra o el mármol. Esos tonos que aparecen sin haber sido impresos y la estructura plástica que los hace visibles, emergen entonces, más que como un hecho estético (que lo es), como una idea hecha imagen, un concepto del mundo materializado en obra, jamás un fenómeno exclusivamente retiniano.
Ariel Jiménez es curador e historiador del arte moderno y contemporáneo, egresado de La Sorbona (DEA 1983). Su experiencia como asistente en los talleres de Jesús Soto y Carlos Cruz-Diez, lo llevó a interesarse por la abstracción concreta, que ha venido estudiando en los últimos treinta años, tanto en sus manifestaciones europeas como en su desarrollo en diversos países de la América Latina, especialmente en Venezuela, Brasil, Argentina y Uruguay. Es autor de un conjunto de conversaciones con artistas modernos y contemporáneos, entre los que sobresalen Jesús Soto, Carlos Cruz-Diez, Ferreira Gullar, Roberto Obregón y Waltercio Caldas. Ha publicado distintos estudios monográficos sobre ellos, y ensayos analíticos sobre los más significativos movimientos concretos de la América Latina, como el cinetismo venezolano y el concretismo y neoconcretismo brasileños. Parte de sus estudios se ha concentrado en los problemas históricos y filosóficos que el uso del color plantea a los artistas, en especial en su relación con las nociones conexas de verdad y de realidad. Fue director de la Sala Mendoza en Caracas (1989-1997), director del Museo de Arte Moderno Jesús Soto en Ciudad Bolívar (2004-2006) y curador en jefe de la Colección Patricia Phelps de Cisneros en Caracas y Nueva York (1997-2011).