Existen dos Fuerzas Aéreas, la que opera día a día en los rincones más difíciles y oscuros del país a dónde los pilotos en ocasiones y de modo literal se juegan la vida en sus misiones, y la otra, la que la gente ve durante escenarios montados y perfectamente controlados como el desfile anual o en éste caso el ya obligatorio espectáculo aéreo que cada año rompe récord de asistencia