Asistimos a profundas transformaciones en numerosos ámbitos de una sociedad global, cambiante y compleja. Ante ello, no parece que un modelo de enseñanza industrial, basado en la linealidad, la memorización y la agrupación de personas para transmitir conocimientos estandarizados, sea la respuesta. Asimismo, si pensamos en la educación específica en Diseño, el modelo tradicional no parece el idóneo, puesto que privilegia asignaturas “científicas” y no creativas en vez de procesos pedagógicos más multidisciplinares y basados en aprender haciendo, vías que se muestran hoy fundamentales para saberes proyectuales.
Es necesario pues un enfoque holista para la formación, considerando su completo ecosistema para enseñar competencias sociales y adaptativas. Por tanto, debemos integrar el sistema escolar en el mundo externo, potenciando un pensamiento crítico e innovador con el fin de preparar a los alumnos para que sean capaces de analizar los contextos lábiles en los que tendrán que trabajar en el futuro, lo que facilitará que aprovechen las nuevas oportunidades y perfiles profesionales que están apareciendo.
En definitiva, sabedores del papel central del Diseño en los procesos de transformación social, su enseñanza se torna un punto crucial sobre el que reflexionar y a ello se dedica este número 5 de los Cuadernos de Diseño. Inicia con las cuestiones surgidas en el I Encuentro de Innovación Académica, que dan pie a un debate sobre las premisas y valores básicos en una pedagogía del Diseño, para terminar con las nuevas prácticas, medios, procesos y roles del inmediato futuro. Se pretende así mostrar un camino intermedio entre principios esenciales, que siempre deberían estar presentes, y las nuevas demandas surgidas entre necesidades sociales y evoluciones técnicas, formales, teóricas y económicas.
