Alejandro Jodorowsky explica que, en su infancia, la lectura de cuentos «le impidió morir», ya que encontró un alimento que reencantó su difícil existencia. Desde entonces le gusta crear cuentos: cortos, largos, sabios o locos.
Los cuentos han vertebrado su vida y su trayectoria como escritor. Así, en 2005 publicó El tesoro de la sombra, una antología ahora inencontrable. El afán cuentista de Jodorowsky lo ha llevado a revisar y ampliar aquella compilación hasta prácticamente duplicar el volumen. En La vida es un cuento se cristaliza la inmensa sabiduría de este escritor, que cuestionándose sobre el sentido y lo absurdo de nuestro mundo intenta aportar una divertida y surrealista lección vital.