¡Au, ay, uy! ¡Me he hecho daño!
Los pequeños accidentes pueden ocurrir cuando menos nos lo esperamos: en el patio del colegio, cuando vamos de excursión, en casa o durante las vacaciones.
La buena noticia es que la piel nos protege como un buen embalaje, las plaquetas tapan rápidamente las heridas y los glóbulos blancos y rojos corren a protegernos y a luchar contra posibles infecciones.
¡Nuestro cuerpo actúa y las heridas se curarán en un periquete!