Cuando estaban a punto de ejecutarla por asesinato, Yelena recibió una oferta extraordinaria. Comería los manjares más deliciosos, viviría en un palacio… y se arriesgaría a morir asesinada por cualquiera que intentara matar al Comandante de Ixia. Así fue como Yelena eligió convertirse en catadora. Pero el jefe de seguridad no quería dejar nada al azar y decidió darle a comer Polvo de Mariposa… sólo tomando el antídoto todos los días, conseguiría Yelena retrasar la agonía de morir por culpa del veneno. Mientras Yelena intentaba escapar de aquel dilema seguían sucediéndose los desastres. Los rebeldes planeaban hacerse con Ixia, y Yelena había adquirido unos poderes mágicos que no sabía controlar. Su vida volvía a correr peligro, por lo que debía tomar de nuevo una decisión, pero en esta ocasión de insospechadas consecuencias…