Marcel Proust fue el primer autor moderno que exploró abiertamente en su obra el tema de la homosexualidad.
Fue en "Sodoma y Gomorra", el cuarto volumen de su magistral "En busca del tiempo perdido", donde ahondó con mayor intensidad en el amor homosexual, tanto masculino como femenino. A través de las relaciones sentimentales del barón de Charlus, por un lado, y de la memorable Albertine, por otro. Proust no solo se adentra en las pasiones humanas vinculadas tanto al deseo como a la frustración, sino que también se convierte en un cronista de la decadencia de todo un estrato social en la transición de Francia hacia la modernidad del nuevo siglo.
Publicado en 1921, "Sodoma y Gomorra" es el cuarto volumen de la serie que completan, por este orden, "Por el Camino de Swann", "A la sombra de las muchachas en flor", "El mundo de Guermantes", "La prisionera", "La fugitiva" y "El tiempo recobrado".